CULTURA

Llegan escenas de Campeche a CU

Francisco Morales V.

Cd. de México (15 junio 2015) .-13:21 hrs

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Casi puede sentirse la brisa salada desde los asientos. Serán las guayaberas frescas, la iluminación de atardecer marino, o quizá las paredes de piedra que resguardan al puerto de los piratas, quién sabe, pero lo cierto es que San Francisco de Campeche está en el escenario.

En su épica familiar Los grandes muertos, ambicioso ciclo de once obras, la dramaturga Luisa Josefina Hernández se encarga, meticulosamente, de jamás mencionar a la capital del Estado como locación.

No obstante, los seis montajes de la Compañía Nacional de Teatro (CNT) sobre la familia Santander y los demás habitantes del puerto -más de la mitad de la saga- confirman que no hay otro escenario posible.

Como en el Macondo de García Márquez y el condado de Yoknapatawpha de Faulkner, el territorio en el que la dramaturga enmarca su ficción -ésta, a su vez, salpicada de historias reales de su familia- funge como escenario para desentrañar los grandes temas a partir de la sucesión familiar y el paso del tiempo.

Ahí está, por ejemplo, el personaje inspirado en el abuelo de la autora: Juan José Fierro De Lugo (Eduardo Candás), el guapo español cuya llegada a la costa en 1862 desatará suspiros y desavenencias. La primera obra del ciclo, El galán de ultramar, comienza con él.

Será a partir de este arribo que los Santander -y su descendencia por venir- verán trazados sus destinos, tanto en lo trivial como lo fatal. La ciudad entera, con sus amas de casa, médicos y trabajadores resentirá el peso de ese evento. 

En Fermento y sueño, por ejemplo, Encarnación Santander de Fierro (Mariana Gajá), a quien el galán de ultramar tomara como esposa y abandonara por años, tendrá que luchar por la salud que le arrebató el desamor.

Tres perros y un gato, la siguiente puesta, expone los efectos que la tragedia de Encarnación tuvo sobre Sofía Fierro de Lugo y Santander (Paulina Treviño), la hija de ambos. 

El timón lo lleva el director José Caballero, quien montó las seis obras de Los grandes muertos con la ayuda de los directores adjuntos Arturo Beristain, Mariana Giménez y Octavio Michel. Tras su estreno el año pasado en Campeche, ahora vuelven al teatro Juan Ruiz de Alarcón, en el Centro Cultural Universitario.

El esfuerzo tripartita entre Teatro UNAM, la Compañía Nacional de Teatro y el Estado de Campeche rinde frutos cuando se mira a los mismos actores, parte del elenco estable de la CNT, desempeñar a sus mismos personajes a través del tiempo y las circunstancias, montaje tras montaje.

Situadas por Luisa Josefina Hernández entre 1862 y 1902, las historias cambian de protagonista entre una y otra, pero son hábiles en trazar un árbol genealógico que, a partir de los eventos que lo cercenan o lo hacen crecer, dibujan, de cierta forma, la historia de México.

Los arcos de piedra -típicos de la ciudad- que forman parte de la escenografía, diseñada por Jorge Kuri Neumann, lo mismo se acomodan para crear el gran patio de una hacienda, el interior de una iglesia, el malecón del puerto y la sala de cualquier casa.

El galán de ultramar, La amante, Fermento y sueño, Tres perros y un gato, La sota y Los médicos se presentan de tres en tres los sábados y domingos, y de dos en dos los miércoles, jueves y viernes, hasta el 3 de julio.

Los horarios para adentrarse en la historia de los Santander, en cualquier punto de su linaje, están disponibles en línea.