¿Listos ante un sismo?
Diana Saavedra
Cd. de México (15 septiembre 2014) .-00:00 hrs
El hecho de que un sismo de 8 grados no se haya presentado en el País desde 1985 es, hasta ahora, "cuestión de suerte", considera Cinna Lomnitz, uno de los sismólogos más importantes en México.
Aún cuando ha avanzado el estudio de los movimientos telúricos, sigue siendo imposible saber dónde y cuándo surgirá el siguiente gran sismo, pero a diferencia del que afectó a nuestro país en 1985, hoy estamos mejor preparados, enfatiza el investigador.
No hay motivo para que se acaben los temblores, afirma.
Tampoco hay que pensar que el movimiento debe venir sólo de la brecha de Guerrero, pues inclusive las zonas consideradas de bajo riesgo pueden ser fuente de movimientos de importancia.
"Cada sismo es diferente y conviene seguir construyendo edificios cada vez más resistentes", asevera.
Ejemplo de esto es el sismo ocurrido el pasado 24 de agosto, en el Valle de Napa, en California, que había sido considerado de baja peligrosidad.
Con 6 grados Richter, dicho fenómeno es considerado el movimiento más importante en la zona de los últimos 25 años.
Para Lomnitz, nacionalizado mexicano en 1990, tampoco hay que olvidar el caso de Japón, que se produjo en las costas de Fukushima, una región igualmente considerada de baja peligrosidad.
Con él coincide la doctora Xyoli Pérez Campos, actual titular del Servicio Sismológico Nacional, pues existen regiones del mundo que han dado "sorpresas" y deben ser tomadas en cuenta.
A decir de la especialista, uno de los problemas es que los registros que se tienen son muy recientes y no se cuenta con un archivo histórico más antiguo de la sismicidad en esas regiones.
En los últimos tiempos se ha descubierto que existen varios tipos de sismos: los lentos, en los que el movimiento de una zona dura meses, como sucede en el caso de la Península de Baja California; otros son súbitos, debido a las fracturas de las rocas y al roce entre placas tectónicas, o bien a su reacomodo (como fue el caso del 85).
También están los megasismos, de 9 grados Richter, y de los cuales se tiene registro de cinco desde que comenzaron a ser utilizados los sismogramas, los tres últimos a partir de 2004, en Indonesia, Japón y Chile.
"Como no sabemos lo que ocurre al interior de la roca, lo que debemos hacer entonces es prepararnos y tener un plan de acción ante cualquier eventualidad", enfatizó la investigadora.