La habilidad para lograr que cada individuo defina sus objetivos y los alcance, eso que se llama liderazgo, es quizá el factor más trascendente que hace toda la diferencia en momentos de crisis. Los grandes líderes se forjan en momentos de grandes desafíos: cuando, por circunstancias ajenas, la población tiene que resolver problemas más allá de sus capacidades personales. Los líderes más efectivos en la historia son aquellos que logran construir una solidaridad colectiva en torno a la resolución del problema. Así es como creció hasta alcanzar dimensiones sobrehumanas la fama de Winston Churchill: su accidentada historia previa no permitía anticipar que sería el gran líder que su país, y el mundo libre, verían como una luz en el horizonte, incluso en los momentos más lúgubres.
Presidente de México Evalúa-CIDAC, institución independiente de investigación. Fue presidente de la asociación de estudiosos de riesgo político y miembro de la CDHDF. Recibió el Premio Dag Hammarksjold (93) y el Nacional de Periodismo (98). Entre sus libros están Un mundo de oportunidades y El Dilema de México: los orígenes políticos de la crisis económica. Es doctor en ciencia política y tiene especialización en administración financiera.