OPINIÓN

Lección de dignidad

Arturo Brizio EN REFORMA

2 MIN 30 SEG

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Corría el año de 1985 cuando, recién nombrado árbitro internacional, fui convocado a un torneo a celebrarse en Haití. Era uno de esos eventos sin ton ni son, que los dirigentes de Concacaf organizaban para hacer que hacían y robarse el dinero entre viáticos y prebendas.