La
Prisión de Sing Sing en Nueva York es una cárcel de máxima seguridad conocida también por su programa de rehabilitación a través de las artes. En este, profesionales del teatro ofrecen talleres para los reclusos. El programa ganó mayor notoriedad en 2005, cuando la revista Esquire publicó un artículo al respecto, ahora adaptado a un guion de cine.