La capacidad de generar innovación y presionar la aparición de externalidades en la sociedad pertenece a cada generación de tecnología móvil. Hace 12 años estábamos celebrando la llegada de 4G, pero no sabíamos qué efectos tendría en la sociedad y en la economía. Las empresas de telecomunicaciones eran las empresas más grandes del mundo y las más admiradas. Todo mundo quería invertir en ellas y la conectividad se transformó en una preocupación de los Estados. Lo telecom era sexy. En Asia, Europa y América el nombre del juego era conectar a ciudadanos, empresas y gobierno.