OPINIÓN

Las sombras del caudillo.

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN REFORMA

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Era un borracho aquel Martínez, alcaide encargado de las sombrías cárceles que la Inquisición tenía en la Ciudad de México. "Pampillón" lo apodaban sus compañeros de crápula, y era gallego. Nunca con los gallegos tuvo buena suerte don José María Morelos: recuérdese a aquel otro, José Gago, que por 300 pesos le ofreció abrirle la puerta del fuerte que defendía a Acapulco; en vez de eso avisó a los realistas, y el caudillo y sus hombres fueron recibidos con un nutrido fuego de fusilería.