OPINIÓN

Las Bajas

Genaro Lozano EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Me gustan los viajes largos y en coche. Estas vacaciones empezaron en Tijuana, a más de 1,630 kilómetros de Cabo San Lucas. Tijuana es la ciudad fronteriza por excelencia. Caótica, humana y culturalmente intensa. Con una belleza peculiar, especialmente por su enorme diversidad. El contraste del desarrollo entre la vecina San Diego y Tijuana es abismal. El enorme muro fronterizo está lleno de graffitti anti Trump y de protesta contra "IsraHell" por el genocidio en Gaza. Tijuana es un delirio. A lo largo de la playa, la música de las bandas se mezcla con la de los tríos o la de las bocinas de los jóvenes que pasan ahí el sábado, en un malecón viejo y sin mantenimiento. Una pareja de amish observa el mar, con toda la piel cubierta de ropa, mientras a su lado una joven pareja mexicana porta dos enormes serpientes en el cuello y va agarrada de la mano. Tijuana es un delirio. Todo parece el inicio de una película de Hollywood.