La senadora
Guadalupe Loaeza EN REFORMA
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Hace unos meses, como un hada madrina, se me apareció la senadora Josefina Vázquez Mota. Hacía mucho tiempo que no la veía y me buscó a raíz de un artículo que escribí a propósito de Xóchitl Gálvez en el cual lamentaba que la candidata de Fuerza y Corazón por México se había alejado de la verdadera Xóchitl, que tantas esperanzas nos había inspirado al lanzarse como candidata de la oposición a la Presidencia de la República. He de decir que ya conocía a Josefina desde hace muchos años, en la época en la que era secretaria de Desarrollo Social en el sexenio de Vicente Fox. En noviembre de 2011, escribí un texto en nuestro periódico titulado "La incombustible", en donde afirmo que sin dudarlo: "votaría por la única mujer precandidata (del PAN) a la Presidencia de la República para las elecciones de 2012. (...) Las mujeres la adoran, los hombres la admiran y a las nuevas generaciones que por vez primera votarán les entusiasma pensar en una mujer como Presidenta". Trece años después, la senadora, guerrera e incansable como es, está dando de nuevo la batalla en apoyo de la primera mujer presidenta de México, Xóchitl Gálvez.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores