La segunda visita

No se conformó don Francisco Javier Mina con haber robado sus caudales al marqués del Jaral. Además se burló de él: muy atentamente rogó al capellán de la hacienda que fuera bien servido de hacer llegar al señor marqués las expresiones de su gratitud por la generosa hospitalidad que le había brindado, haciéndole saber al mismo tiempo que pronto tendría el honor de hacerle una segunda visita, pues había quedado muy complacido con la primera. Joven era Mina, y su espíritu travieso lo llevó a divertirse con aquella burleta.