La seducción del no
Eduardo Caccia EN REFORMA
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Hace unos años recorrí algunas ciudades de Turquía, lugares con distinta tolerancia religiosa que va desde la flexibilidad de Estambul y Ankara, al conservadurismo islámico de Konya. El día que pernoctaríamos en esa ciudad de la Anatolia Central, nuestro guía hizo un anuncio intrascendente: el dominio musulmán imponía la prohibición de vender y consumir bebidas alcohólicas. Puedo pasar días o semanas sin probar una cerveza, sin embargo, mientras nos acercábamos a Konya, tenía un deseo extrañamente creciente, pensaba en un tarro helado. En el hotel, antes de averiguar la clave del wifi, pregunté si había un lugar para tomar cerveza. Cuando escuché "no", mi antojo derrotado supuraba gotas como las que escurren de un vaso helado, rebosante de espuma. ¡24 largas horas estaríamos en aquel sitio donde podía tomar todo el té negro que quisiera!
Nací arqueólogo sin saberlo. Una cueva remota y oscura confirmó mi vocación: lo mío sería desenterrar significados. Veo cosas y escribo y escarbo. Leo para darme cuenta lo poco que sé de todo. Fundador de Mindcode, ayudo a innovar y entender la conducta del consumidor. Hago preguntas para encontrar respuestas y después tengo más preguntas. Lo mío es caminar en la cueva, encontrar la luz y volver adentro. Al final espero un epitafio corto: Signifiqué.