John F. Kennedy sufría de dolores de espalda por una severa osteoporosis ocasionada por padecer enfermedad celiaca y haber recibido corticoesteroides por una insuficiencia suprarrenal. Su salud era algo secreto, pero es difícil de creer que el hombre que tenía "el botón rojo" para desatar la tercera guerra mundial en plena crisis de los misiles de Bahía de Cochinos, se encontraba bajo los efectos de narcóticos, así como estimulantes y anestésicos en múltiples ocasiones.