Vivir en la Ciudad de México es respirar 20 microgramos por m3 de Partículas Menores PM2.5, menos de 2.5 micras, cuatro veces el límite de la Organización Mundial de la Salud. Pasamos la mayor parte de nuestras vidas en interiores y la tercera parte transcurre en la recámara, en la creencia errónea de que estamos a salvo de envenenaros con aire contaminado.