No hay freno al impulso presidencial. Apenas unos minutos después de haber leído la declaración del Parlamento Europeo, sin más ayuda que la del camorrista que atiza sus furias todas las mañanas, el Presidente lanzó un escupitajo transatlántico. Sin duda, el pronunciamiento de los eurodiputados era severo. Pero no faltaba a la verdad, ni se apartaban de una tradición. ¿Es falso que México sea un país peligroso para ejercer el periodismo? ¿Puede negarse que la estigmatización es una forma de hostigamiento a la prensa? Es falso que esa asamblea multinacional abra apenas la boca contra López Obrador. Ha denunciado antes el feminicidio en México, la violencia desatada en el gobierno de Felipe Calderón y el crimen de Ayotzinapa durante el sexenio anterior. Pensar que la vigencia de los derechos humanos es asunto solamente de los Estados nacionales es no haberse percatado de lo que ha ocurrido en las últimas décadas en el mundo en ese ámbito.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.