Señas de intenso anticatolicismo empezó a mostrar el gobierno de Álvaro Obregón. Al mismo tiempo, su gobierno mostró muy clara voluntad de acercamiento con los Estados Unidos, cuyo reconocimiento era cimiento fundamental para los gobiernos de los países latinoamericanos. Así, el régimen obregonista, que inició el mayor hostigamiento contra la Iglesia católica del siglo XX, fue el mismo que suscribió con el gobierno americano los infames Tratados de Bucareli -tan nefastos como el de MacLane-Ocampo que aceptó Juárez- por los cuales se conferían a los ciudadanos de Estados Unidos privilegios que no gozaban en su país los mismos mexicanos.