La oposición entra a escena. Lo hace al son del régimen. Simulando, como se estila en estos días. No es convincente la argucia del Frente porque la figura jurídica niega explícitamente su carácter electoral. Los partidos, sostiene nuestra normativa, pueden constituir frentes, siempre y cuando los propósitos compartidos no sean de naturaleza electoral. Como en un bando se simula con un defensor de la "transformación", en el otro se simula con el coordinador de un frente. ¿Alguien cree que el proceso que se ha iniciado no busca decidir al abanderado de las oposiciones para competir en la elección presidencial? Todos sabemos que el laberinto que ha dibujado la alianza opositora es la ruta para decidir su candidatura. La oposición encubre su precampaña, aprendiendo de la trampa del oficialismo y escuchando la recomendación de la autoridad. Aparenten y no habrá problema.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.