La (nueva) marea rosa

Qué maravilla que la próxima semana los mexicanos podamos votar libremente por quien se nos pegue la gana, y que la elección de Presidenta no la tome, como antes, el dedo de un hombre enloquecido de poder o un fraudulento y asesino partido político que se amarró por siete décadas a la silla presidencial. Hay que agradecer a millones de mexicanos que por años lucharon para que México se convirtiera en una democracia. Joven e imperfecta, pero democracia al fin.