CULTURA
La música de Nitsch es ritual.- Cusumano
Lourdes Zambrano
Cd. de México (18 febrero 2015) .-00:00 hrs
La exposición retrospectiva que Hermann Nitsch expondría en el Museo Jumex fue cancelada a finales de enero, pero no el concierto programado para el 27 de este mes en el Ex Teresa de Arte Actual, y que es el que permite que el artista se encuentre ahora en la Ciudad de México.
Por motivos de salud, presión alta aunada a su edad, 76 años, el austriaco, ícono del accionismo vienés, optó ayer por el descanso, con miras a la presentación que tendrá esta tarde también en el Ex Teresa, donde sostendrá una conversación abierta con el curador y crítico de arte Cuauhtémoc Medina.
Después vendrá Sinfonía für Mexico City, pieza que da muestra de la faceta musical de Nitsch y que compuso especialmente para México.
Andrea Cusumano será su director, al frente de una orquesta de 40 músicos conformada para la ocasión.
"Es una pieza compuesta para la presentación en la Ciudad de México, para 40 instrumentos.
Está dividida en cuatro movimientos en los que es notable los elementos típicos de la estética de la música de Nitsch", señaló Cusumano en entrevista vía correo electrónico desde Italia, de dónde es originario.
El italiano, artista plástico y profesor de teatro en Goldsmiths (Londres), conoció al austriaco hace más de 20 años, cuando acudía a las clases de pintura que daba en Salzburgo.
Pronto se convirtió en su asistente. Colaboró con él en la emblemática acción Obra de 6 días, de 1998.
Nitsch bautizó su sello artístico como Teatro de las Orgías y los Misterios, que engloba la estética de sus acciones, relacionadas con el éxtasis y la contemplación, incluyendo gestos polémicos ligados al sacrificio y a los rituales religiosos.
"La música de Nitsch es ritual. Es un evento dramatúrgico, una experiencia orgánica del sonido y una experiencia meditativa y contemplativa. Es el equivalente musical de su máxima: 'Sí a la vida'", explicó Cusumano.
Las composiciones musicales surgieron para complementar sus performances, pero fueron madurando de tal forma que ahora ya se pueden presentar como conciertos.
"Al principio, en los 70, utilizaba muchos sonidos vocales y gritos. La mayoría eran improvisados. Poco a poco, la música empezó a ser más compleja y estructurada, con ayuda de un sistema de notas inventada por él, por lo que se ha convertido en uno de los aspectos más complejos de su dramaturgia".
Nitsch iba a tener también una exposición retrospectiva en el Museo Jumex, la primera en Latinoamérica, pero el recinto decidió cancelarla a menos de un mes de la inauguración por considerarla inapropiada para las condiciones actuales que vive el País.
Por motivos de salud, presión alta aunada a su edad, 76 años, el austriaco, ícono del accionismo vienés, optó ayer por el descanso, con miras a la presentación que tendrá esta tarde también en el Ex Teresa, donde sostendrá una conversación abierta con el curador y crítico de arte Cuauhtémoc Medina.
Después vendrá Sinfonía für Mexico City, pieza que da muestra de la faceta musical de Nitsch y que compuso especialmente para México.
Andrea Cusumano será su director, al frente de una orquesta de 40 músicos conformada para la ocasión.
"Es una pieza compuesta para la presentación en la Ciudad de México, para 40 instrumentos.
Está dividida en cuatro movimientos en los que es notable los elementos típicos de la estética de la música de Nitsch", señaló Cusumano en entrevista vía correo electrónico desde Italia, de dónde es originario.
El italiano, artista plástico y profesor de teatro en Goldsmiths (Londres), conoció al austriaco hace más de 20 años, cuando acudía a las clases de pintura que daba en Salzburgo.
Pronto se convirtió en su asistente. Colaboró con él en la emblemática acción Obra de 6 días, de 1998.
Nitsch bautizó su sello artístico como Teatro de las Orgías y los Misterios, que engloba la estética de sus acciones, relacionadas con el éxtasis y la contemplación, incluyendo gestos polémicos ligados al sacrificio y a los rituales religiosos.
"La música de Nitsch es ritual. Es un evento dramatúrgico, una experiencia orgánica del sonido y una experiencia meditativa y contemplativa. Es el equivalente musical de su máxima: 'Sí a la vida'", explicó Cusumano.
Las composiciones musicales surgieron para complementar sus performances, pero fueron madurando de tal forma que ahora ya se pueden presentar como conciertos.
"Al principio, en los 70, utilizaba muchos sonidos vocales y gritos. La mayoría eran improvisados. Poco a poco, la música empezó a ser más compleja y estructurada, con ayuda de un sistema de notas inventada por él, por lo que se ha convertido en uno de los aspectos más complejos de su dramaturgia".
Nitsch iba a tener también una exposición retrospectiva en el Museo Jumex, la primera en Latinoamérica, pero el recinto decidió cancelarla a menos de un mes de la inauguración por considerarla inapropiada para las condiciones actuales que vive el País.
