La lógica del doctor Gatell
Nadie podía imaginarlo. Por más que algunos científicos nos advirtieran sobre una pandemia o que cientos de novelas y películas nos la dibujaran, el mundo no estaba preparado para esta calamidad. Una calamidad de salud, política, económica y humana que, como ha advertido la OMS -la cual, al igual que casi todas las instituciones globales, también ha errado al dictar medidas para acotarla-, se encuentra en sus inicios. No ha pasado sino medio año -un parpadeo- desde que la plaga comenzó a expandirse desde China y las pérdidas son incalculables. Si la Covid-19 es una enfermedad neoliberal es porque se ha aprovechado de la globalización para viajar raudamente de un lado a otro del planeta, pero también porque acentúa las brutales desigualdades de nuestra era. En Estados Unidos se ha cebado con las comunidades negras e hispanas y en México con aquellos que tienen una escolaridad más baja: en resumen, los más pobres. Nuestra tragedia: haber creado un mundo en el que los desfavorecidos son siempre las primeras víctimas.
(México, 1968). Es autor de la novelas En busca de Klingsor, El fin de la locura, No será la Tierra, El jardín devastado, Oscuro bosque oscuro y La tejedora de sombras. Y de ensayos como Mentiras contagiosas, El insomnio de Bolívar y Leer la mente. En 2009 obtuvo el Premio José Donoso de Chile por el conjunto de su obra. Sus libros han sido traducidos a 25 idiomas. En 2014 se publicará su novela Memorial del engaño.