Hace años, Sylvia, una mujer española, se casó con un mexicano y tuvieron un hijo. Cuando varios años después decidieron separarse, en el juicio de guarda y custodia, el juez falló en su contra, argumentando que ella desconocía los "valores tradicionales de la familia". El juez le ordenó a Sylvia asistir a terapia psicológica para que pueda aceptar "los roles tradicionales de género", aprender a dar "cariño y amor conforme a las costumbres mexicanas" y así "acertar como madre en la formación y educación de su hijo". El juez de distrito que revisó el amparo reiteró el fallo original, otorgándole la custodia al padre bajo el argumento de que es mejor para el niño criarse con él porque "ambos son hombres". Como resultado de estas decisiones, Sylvia lleva muchos años sin poder ver a su hijo.