CULTURA
La biografía de un mito
Silvia Isabel Gámez
Cd. de México (27 febrero 2016) .-00:00 hrs
¿Puede hacerse la biografía de un mito? En su novela El ancla de arena, el historiador francés Christian Duverger suma a una trama policiaca su investigación sobre Cristóbal Colón, una figura rodeada de misterio.
En torno a Colón abundan las falsificaciones y las hipótesis se contradicen, de modo que Duverger acotó su ficción a la búsqueda detectivesca de un asesino, pero en lo referente al navegante, los datos que presenta son resultado de su trabajo en archivos.
El Colón de Duverger es un judío de origen portugués que, al ser nombrado virrey de las Indias en 1492, tras la expulsión de los judíos de España decide borrar su pasado.
Descarta que fuera genovés y tejedor. "Es incompatible con un Colón navegante", explica. "Ser marino era una profesión aparte, no había conexión entre ambos mundos".
Otro indicio sobre su origen es su forma de navegar, acorde con la escuela portuguesa, aprendida en alta mar y basada en el conocimiento de las corrientes y los vientos del Atlántico, mientras que la mediterránea seguía la línea de costa, y se ayudaba de la observación del cielo y las estrellas.
Desde el siglo 16, recuerda Duverger, los cronistas escribieron que Colón no fue el descubridor de América, sino un piloto que habría arribado a La Española arrastrado por la tormenta: Alonso Sánchez de Huelva, quien murió sorpresivamente en la casa del almirante en Madeira.
En El ancla de arena (Suma de Letras), Duverger plantea que si los Reyes Católicos apoyaron a Colón fue porque les presentó una prueba del Nuevo Mundo proporcionada por Alonso que habría despertado su codicia, quizá una joya taína. Subraya que, antes de regresar a España de su primer viaje, intentó negociar en Lisboa con el rey de Portugal, Juan II, quien habría preferido las riquezas de África al espejismo de las Indias.
Tras el encuentro de Colón el 20 de abril de 1493 con los Monarcas españoles aparece publicada una carta donde narra su descubrimiento, y un mes después se imprime en Roma la versión en latín. El 3 de mayo, el Papa español Alejandro VI emite la bula Inter caetera que otorga a los Reyes Católicos las tierras americanas.
"Tal eficiencia indica que seguramente la carta ya había sido escrita e impresa antes del regreso de Colón, con una anticipación probablemente de un año", considera Duverger.
El núcleo de la novela es el hallazgo fortuito del Diario de a bordo de Colón, del que está perdido tanto el original como la llamada copia "a dos manos". "No sabemos su paradero, pero no creo imposible que un día reaparezca. Son las sorpresas de la historia".
Tesis no refutada
En Crónica de la eternidad (2013), Christian Duverger establece que Hernán Cortés fue el verdadero autor de La historia verdadera de la Conquista de la Nueva España, atribuida a Bernal Díaz del Castillo, una tesis que no ha sido refutada con ningún documento, aclara.
Aceptar a este otro Cortés, al que Duverger considera una figura de la modernidad, letrado, republicano y a favor del libre comercio y del mestizaje, resulta difícil para la generación que lo satanizó. "Pero es una cuestión de fe, no de investigación científica".
En torno a Colón abundan las falsificaciones y las hipótesis se contradicen, de modo que Duverger acotó su ficción a la búsqueda detectivesca de un asesino, pero en lo referente al navegante, los datos que presenta son resultado de su trabajo en archivos.
El Colón de Duverger es un judío de origen portugués que, al ser nombrado virrey de las Indias en 1492, tras la expulsión de los judíos de España decide borrar su pasado.
Descarta que fuera genovés y tejedor. "Es incompatible con un Colón navegante", explica. "Ser marino era una profesión aparte, no había conexión entre ambos mundos".
Otro indicio sobre su origen es su forma de navegar, acorde con la escuela portuguesa, aprendida en alta mar y basada en el conocimiento de las corrientes y los vientos del Atlántico, mientras que la mediterránea seguía la línea de costa, y se ayudaba de la observación del cielo y las estrellas.
Desde el siglo 16, recuerda Duverger, los cronistas escribieron que Colón no fue el descubridor de América, sino un piloto que habría arribado a La Española arrastrado por la tormenta: Alonso Sánchez de Huelva, quien murió sorpresivamente en la casa del almirante en Madeira.
En El ancla de arena (Suma de Letras), Duverger plantea que si los Reyes Católicos apoyaron a Colón fue porque les presentó una prueba del Nuevo Mundo proporcionada por Alonso que habría despertado su codicia, quizá una joya taína. Subraya que, antes de regresar a España de su primer viaje, intentó negociar en Lisboa con el rey de Portugal, Juan II, quien habría preferido las riquezas de África al espejismo de las Indias.
Tras el encuentro de Colón el 20 de abril de 1493 con los Monarcas españoles aparece publicada una carta donde narra su descubrimiento, y un mes después se imprime en Roma la versión en latín. El 3 de mayo, el Papa español Alejandro VI emite la bula Inter caetera que otorga a los Reyes Católicos las tierras americanas.
"Tal eficiencia indica que seguramente la carta ya había sido escrita e impresa antes del regreso de Colón, con una anticipación probablemente de un año", considera Duverger.
El núcleo de la novela es el hallazgo fortuito del Diario de a bordo de Colón, del que está perdido tanto el original como la llamada copia "a dos manos". "No sabemos su paradero, pero no creo imposible que un día reaparezca. Son las sorpresas de la historia".
Tesis no refutada
En Crónica de la eternidad (2013), Christian Duverger establece que Hernán Cortés fue el verdadero autor de La historia verdadera de la Conquista de la Nueva España, atribuida a Bernal Díaz del Castillo, una tesis que no ha sido refutada con ningún documento, aclara.
Aceptar a este otro Cortés, al que Duverger considera una figura de la modernidad, letrado, republicano y a favor del libre comercio y del mestizaje, resulta difícil para la generación que lo satanizó. "Pero es una cuestión de fe, no de investigación científica".