¿Qué decirle a la juventud mexicana ante el contexto político y económico tan adverso que se vive? ¿Que el futuro está cancelado? ¿Que echándole ganas superará sus problemas? ¿Que no se preocupe, que todo va a salir bien? Es difícil ser realista sin incurrir en pesimismo, pero tampoco se puede ser optimista sin caer en la ingenuidad. El balance es complicado.