OPINIÓN

El nivel de escrutinio al que muchos de sus adeptos someten a Xóchitl es inverosímil; con Claudia todo es "vamos a ganar", "estamos muy bien"

Izquierda sin exigencia

Carlos Bravo Regidor EN REFORMA

3 MIN 30 SEG

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Más que a defender su gestión, el obradorismo está abocado a defender al Presidente. De hecho, en los temas que su gobierno tiene peor desempeño -como la violencia-, apelar a su aprobación se ha convertido en una maniobra burda pero políticamente funcional para evitar habérselas con sus (malos) resultados. A raíz del secuestro de varios integrantes de la familia LeBarón, por ejemplo, hace unos días la gobernadora de Chihuahua (Maru Campos) exigió al gobierno de la República que atienda los delitos del fuero federal que se cometen en su estado y deje de ser "omiso", si no es que de hacerse "pendejo", así lo dijo, "ante lo que está pasando en nuestro país". La dirigente estatal de Morena (Brighite Granados) respondió reprobando el lenguaje de la gobernadora y recordando que "el 70% de los mexicanos tiene una opinión positiva del presidente Andrés Manuel. Al insultarlo a él, insulta a millones de mexicanos". López Obrador ofreció "abrazos, no balazos", el suyo será el sexenio con más homicidios y desapariciones en la historia contemporánea, el 59% de los mexicanos considera que la inseguridad es el principal problema del país (encuesta Reforma, 3/Dic/2023), pero el argumento es que no se vale hablarle feo porque es un mandatario muy popular.