La película Hay todavía un mañana (Cé ancora domani) es una joya que nos ofrece el cine italiano. Aunque lejos de ser experta, soy cinéfila de corazón y lo que trasmite en pantalla la ópera prima de Paola Cortellesi, quien la dirige y protagoniza, me permite sugerir que es una gran película. Un largometraje que resulta tanto bello como cruel; un drama con toque de comedia, ambientado en la Roma de la posguerra. Una película en blanco y negro que retrata la vida de las mujeres de aquel tiempo. Limitadas a trabajar dentro y, muchas veces, fuera de casa, bajo el yugo del patriarcado violento que les arrebataba la capacidad de ser, de hablar o decidir. Relegadas y en relaciones de absoluta desigualdad, nada muy distinto a lo que sigue siendo una realidad que amenaza a millones de mujeres en México y en el mundo.