La colocación de una hilera de esculturas, ajenas a la arquitectura original del Templo de Jesús María, buscó en vano tratar de preservar la fachada, que ha sido tomada como tiradero de basura. Crédito: Francisco Morales V.
Unidas entre sí por una red de hule naranja que trata de protegerlas, las estatuas muestran signos de vandalización. Crédito: Francisco Morales V.
Pese a la red de plástico, los desechos son colocados en las afueras de la iglesia. Crédito: Francisco Morales V.
Cartones y bolsas de basura se acumulan a un costado del recinto religioso; donde también se paran camiones del servicio de basura. Crédito: Francisco Morales V.
Personas en situación de calle han establecido sus lugares en el edificio patrimonial. Crédito: Francisco Morales V.
El Exconvento de Jesús María se encuentra invadido por el comercio ambulante. Crédito: Francisco Morales V.