Inspira música circo de pueblo
Érika P. Bucio
Cd. de México (01 mayo 2014) .-00:00 hrs
En Tezoatlán, en la mixteca oaxaqueña, vivió un afamado maromero, Manuel Montes, que se volvió mito por un accidente que convirtió en rutina.
Cuentan que cayó del trapecio y la gente aplaudió. El repentista se levantó, compuso un verso y les mentó la madre. Más le aplaudieron. Luego siguió cayéndose en San Juan, San Martín...
A su mujer, doña Juanita, pareja de pantomimas de don Manuel, y a don Chago Martínez, trapecista famoso por temerario, los conoció Rubén Luengas cuando eran ya nonagenarios. Y de eso ya hace más de una década.
El director de Pasatono, orquesta mixteca con más de 15 años de existir, escribió entonces sus primeras piezas para la maroma o circo de pueblo. Así surgió El Maromero, dedicada a don Manuel Montes. La única de aquel tiempo que circula y devino en el himno de Pasatono.
Luengas, oriundo de Tezoatlán, y que de niño fue a las maromas en su pueblo, recupera ese material en Maroma, el nuevo disco en formato digital con Discos Corasón, ya disponible en iTunes.
Incluirá una selección de aquellas piezas viejas, añade nuevas y recupera otras de la tradición como la despedida de Manuel Montes que recuperó de boca de un músico. Una pieza sencilla y nostálgica.
La pieza central es la irreverente Obertura Maromera, de 6 minutos y 40 segundos de duración, con extractos de distintas piezas que identifican a Pasatono.
"Este disco lo hice pensando que la maroma es como la vida. Somos payasos, andamos sorteando la vida y la muerte como en el trapecio, caminamos en la cuerda floja", asegura Luengas.
La música de la maroma es la eterna lucha entre la alegría y la tristeza.
"Siempre se están peleando", dice el compositor.
En la maroma, a diferencia del circo tradicional, las funciones son por la noche o madrugadas, sin animales ni carpa. En la mixteca sobreviven seis o siete grupos.
"Todo gira alrededor de la música, del baile y el payaso, que es un poeta campesino, popular, de la acrobacia, del alambre, del funambulismo, a veces de la prestidigitación".
En la cantada, el payaso reta a los músicos a que le sigan la tonada. Los músicos tiemblan. Son melodías sencillas, pero que la banda debe pescar al momento. Fallar equivale a la muerte social como músico, porque el payaso de ahí se agarra para el escarnio de los "filarmónicos": "trompas de hule, no comieron, ¿van a cobrar así?".
Pero antes del lanzamiento de Maroma, Pasatono se presentará el 3 de mayo con el maromero Alfonso Jiménez, originario de San Miguel Amatitlán, en el Festival Balagan con Golem y Slavic Soul Party! en El Plaza Condesa.