OPINIÓN

Insaciables todos

Paloma Ramírez EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Antes, en toda casa respetable había un bodegón o naturaleza muerta que solía colgar de algún muro del comedor. Se trataba de un cuadro pintado al óleo donde se representaban flores, animales muertos o pedazos de queso sobre una mesa. Así, un pato desguanzado y de mirada extraviada con un par de cebollas y un trozo de hogaza al lado cumplía con los cánones de este tipo de obra.