Hace 200 años se promulgó la primera constitución de la república. Una constitución de clara influencia norteamericana que no fue, como han dicho muchos, una simple copia. Fue una apuesta por el federalismo que se propuso constituir un gobierno firme "sin que sea peligroso". Así lo expresaba el manifiesto de su Congreso Constituyente. Agregaba una advertencia: si nos desviamos de la senda constitucional, si no consideramos como el deber más sagrado el observar las leyes de nuestro código seremos, en adelante, desagraciados: legaremos a nuestros hijos la miseria, la guerra y la esclavitud. Debemos cuidar este depósito, decía el diputado Lorenzo de Zavala, en nombre de la asamblea constituyente.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.