Lo ocurrido a los jóvenes asesinados en Huejotzingo, Puebla, indica que la delincuencia ha descubierto que el costo de matar es prácticamente cero, resultado de que las prioridades están invertidas, primero es la política y después lo demás, de tal forma que los ciudadanos somos como los patitos del tiro al blanco de las ferias, indefensos ante los tiradores. Lamentablemente la policía está rebasada y el sistema penal está sumido en el más patético atraso e ineficiencia, secuestrado por la corrupción. Perdimos el rumbo hace décadas y mientras sigan discutiendo y echándose la culpa unos a otros, seguiremos saliendo diariamente al tiro al blanco como los patitos.