Señor Presidente, usted ha expresado que no mete las manos a la lumbre por nadie, ni siquiera por sus familiares y, sin embargo, cada vez que le han cuestionado la honradez y fiabilidad de algunos de sus funcionarios, de inmediato sale en su defensa. Ha dicho que tiene total confianza en ellos. Se le ha visto, inclusive, abrazarlos durante sus mañaneras ante el asombro de toda la prensa. Esto es incongruente con lo que siempre ha expresado.