Todos tenemos un amigo que entra a una sala y la ilumina, sube el ánimo, humor. Y luego hay los Gutierritos, los que llegan y chupan toda felicidad. Todo les parece mal. Cada plática es letanía de tragedias, culpas, acusaciones, recriminaciones. Si a ti te va bien, esto les genera envidias y enojos. Nunca ven oportunidades. Su infelicidad, su falta de logros, siempre son culpa de otro. Profesionalizan el quejarse de todo y de todos. Son protestantes profesionales. Hoy día hay gobiernos plagados de estos especímenes.
Juan Enríquez Cabot es autor de diversos libros sobre tecnología y académico ocasional.