Duele tanto ver cómo la violencia en México adquiere rasgos cada vez más crueles e inhumanos. Esta semana, en Coatzacoalcos, 29 personas murieron en un incendio provocado con bombas molotov en el bar El Caballo Blanco. Sin embargo, frente a este calibre de violencia, el Estado mexicano es dramáticamente débil para hacer justicia a las víctimas y a sus familias y marcar un límite creíble de lo que es realmente inadmisible en una sociedad. Las ahora fiscalías autónomas no han hecho ninguna diferencia respecto de sus antecesoras, las procuradurías. En Veracruz, se logró, dirán algunos, que el fiscal no sea carnal del gobernador, pero ello no ha generado una institución con capacidades para dar explicaciones a las víctimas y a la sociedad sobre qué pasó y quiénes son los responsables.
Profesora investigadora de la División de Estudios Jurídicos del CIDE, Doctora en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, licenciada en Derecho por el ITAM. Magaloni es precursora en México de los estudios empíricos sobre las instituciones de justicia, con énfasis en la SCJN, el juicio de amparo y el sistema de persecución y enjuiciamiento penal mexicanos. Entre sus recientes publicaciones está "La Suprema Corte y la transición jurídica en México".