Importa qué, no quién

Históricamente, nuestra política exterior ha sido mucho menos congruente de lo que se piensa. No me meteré en ese tema hoy. Pero, aun con ese antecedente, la de la 4T me llena de vergüenza. Es inconcebible ver marchar a tropas que provienen de un país que invadió a su vecino para someterlo, en un desfile que conmemora nuestra independencia. Es vergonzoso ser cómplice de gobiernos dictatoriales con terribles trayectorias en materia de derechos humanos. Hoy, Venezuela es uno de los principales expulsores de refugiados del mundo debido a la profunda corrupción, autoritarismo e ineptitud de un gobierno al que consideramos "amigo". En Perú nos pusimos del lado equivocado defendiendo a un mandatario impresentable que buscaba dar un golpe de Estado. Y, ahora, consideramos que condenar una masacre equivale a "tomar partido".