Qué pinche calor hace, le dije a chat gpt y traté de sostener una conversación digna al respecto, basada en el sagrado derecho a la queja. Fue imposible, la IA aprendió a ser buenoide y en sus parámetros quejarse no está bien, el algoritmo sabe que ante el malestar los seres humanos debemos reconfortarnos con alguna doctrina positiva que asegure la reproducción incesante e insensata de la especie. Lo cierto es que la IA está llena de datos, pero no sabe pensar, tampoco tiene conciencia porque la conciencia no es saber sino saber que sabes. Intentando dilucidar sobre la filosofía del pensamiento y perseverando en mi acalorado mal humor para ver si provocaba a chat gpt, recordé ese portento de cuento llamado Funes el memorioso escrito por Borges que sí que sabía pensar. Y entonces, oh ironía, me puse de buenas.
Es escritora, autora de los libros Cuentos de maldad (y uno que otro maldito) y El niño que fuimos bajo el sello de Alfaguara; Las noches habitadas (Editorial Planeta) y Damas de caza (Editorial Plaza y Valdés). Ha colaborado en El Cultural de La Razón, The Washington Post, SinEmbargoMx, El Malpensante, Confabulario de El Universal, Revista GQ, Revista SOHO y otros medios. Desarrolla guiones para cine, teleseries y audioseries.