Hace diez días aproximadamente, el jefe de la Policía de la Ciudad, Jesús Orta, ordenó reducir la cantidad de combustible autorizado para patrullas y ambulancias. Esto se debe a que se detectó robo de la gasolina dentro de la corporación. Al parecer, elementos de la Secretaría en complicidad con empleados de distintas gasolineras se llegaban a quedar con el 30% de la gasolina asignada, para venderla posteriormente a particulares.