En días pasados, un joven fue asesinado en el local comercial 63 del Mercado 14 de Tepito, en la Colonia Morelos (Cuauhtémoc). Era vendedor de óptica y recibió siete disparos. Otro hombre fue asesinado de un balazo en la cabeza en la unidad habitacional (condominios La Fortaleza) de la Avenida del Trabajo, en la misma colonia. A su vez, un hombre fue muerto a balazos en la Calzada Ignacio Zaragoza, a un costado de la estación Gómez Farías del Metro, en la colonia del mismo nombre, y otro más en el cruce de las calles La Paz y Matamoros, en la Colonia Peñón de los Baños (Venustiano Carranza). Otro hombre fue asesinado frente a una cafetería y un negocio de venta de pollos la Calle 55 y Avenida Seis, de la Colonia Zaragoza (Venustiano Carranza). Todos estos casos se parecen mucho: se trata de un ajuste de cuentas donde el homicida dispara sin mediar palabra y se escapa a toda velocidad en moto o auto. Los policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana se movilizan y establecen un cerco con apoyo de las cámaras de vigilancia sin lograr dar con los presuntos responsables. Y la Fiscalía abre una carpeta de investigación para archivarle en el plazo reglamentario.