Historias de terror

Todos los días se conocen historias de terror en el sistema de salud pública de México y desde hace décadas. Gran parte del problema ha sido la fragmentación del sistema que afecta a pacientes que un día se quedan sin trabajo y sin afiliación al IMSS y entonces acuden al Seguro Popular. O de quienes pasaron por la burocracia y estuvieron en el ISSSTE y de repente cambian al sector privado y entonces son afiliados al IMSS o reciben una prestación de seguro médico y empiezan a tratarse en hospitales privados. La romántica idea de que uno tiene un "médico de cabecera" ya no existe. A lo largo de su vida, una persona mexicana puede ser atendida por alguna enfermedad crónico degenerativa por varias doctoras o médicos de diferentes instituciones, con cambios en sus tratamientos, sin que se sigan las mismas guías médicas.