Hay calle para todos, decía Alfonso Reyes en 1932. Respondía entonces a quien le exigía entrega total a la causa nacionalista. Se le exigía al diplomático entrega exclusiva al tema y al tono que eran políticamente aceptables. Reyes, con su elegante cordialidad, respondía: "La única manera de ser provechosamente nacional consiste en ser generosamente universal". La nación no podía encerrarse en un discurso. "A la vuelta de correo", la larga carta polémica que Reyes le escribió a Héctor Pérez Martínez no es solamente la defensa de una literatura que resiste a los dictados de la ideología. Es también el bosquejo de una nación abierta, generosa, dialogante. El ensayo cobra hoy una quemante actualidad por la furia ideológica que quiere someter a la ciencia, por el dogmatismo oficial que se ha vuelto persecutorio, por la baba panfletaria que se encumbra como modelo de pensamiento transformador.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.