CULTURA
Guarda Edwards memoria en Caja de Letras
EFE
Cd. de México (08 julio 2015) .-11:02 hrs
Madrid. Dos cartas, una de ellas cerrada e indiscreta, un manuscrito y ejemplares de El Patio, Gente de la ciudad y Persona non grata componen el legado que el escritor chileno Jorge Edwards depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, donde estará bajo llave 20 años.
El 8 de julio de 2035 ha sido la fecha escogida por este escritor, Premio Cervantes 1999, para que sea abierta de nuevo la caja de seguridad número mil 482 de esta antigua cámara bancaria acorazada de la sede del Instituto Cervantes de Madrid que guarda su legado.
Sobre la carta cerrado, sólo reveló Edwards (Santiago de Chile, 1931) que la recibió a los 35 años y que era de una mujer que entonces tenía 38.
"Una carta que seguirá siendo indiscreta en 2035", cuando sea abierta, aseguró.
El contenido de la otra misiva fue enviada por el ensayista y editor cubano José Rodríguez Feo a Edwards en marzo de 1971 tras salir de Cuba después de una conversación con Fidel Castro sin poder despedirse de su amigo y que le llegó a Barcelona, a la casa de Mario Vargas Llosa.
"La carta de Pepillo (como firmó la misiva el editor) es muy reveladora ya que decía que algunos temían que llegara la represión cultural, aunque él no creía que pasara nada de eso porque la cultura no le importaba un pepino a nadie", indicó.
Junto a las cartas, el escritor, nacionalizado español en 2010, dejó también en la caja una prueba de imprenta de El Patio, un libro de pequeñas historias reflejo de esa etapa de su vida en la que vivió en un mundo de historias que pasó tras una fase de poesía imitativa, rememoró.
También incluyó un ejemplar de su segunda obra Gente de ciudad, con la que quiso hacer un homenaje a Dublineses de James Joyce, el libro de cuentos que más le ha gustado en toda su vida.
Y otro de Persona non grata: el que discretamente compró su padre cuando se publicó, a pesar de que no simpatizaba mucho con su afición a la literatura.
"Me decía que en todo caso escribiera sobre algo interesante, como la historia de la industria del cobre en Chile", recordó.
El manuscrito que ha legado el autor relata la visita a Madrid del chileno José Antonio de Rojas para comprar diversos aparatos científicos y su regreso desilusionado porque había esperado que le concedieran un título nobiliario en España, tras lo que se dedicó a conspirar a favor de la independencia de su país.
Durante el acto celebrado en el Instituto Cervantes, el director de la institución, Víctor García de la Concha, entregó a Edwards un certificado acreditativo del depósito y una llave simbólica de la caja.
El chileno es la personalidad número 25 que deposita su legado en la Caja de las Letras, un peculiar espacio que atesora desde 2007 diversos retazos de la memoria cultural de España e Hispanoamérica cedidos por sus protagonistas.
Una cámara que guardó en su día "joyas, oro y dinero" pero cuyo valor no tiene comparación al interés histórico de estos legados que son depósitos vivos, señaló De la Concha.
El 8 de julio de 2035 ha sido la fecha escogida por este escritor, Premio Cervantes 1999, para que sea abierta de nuevo la caja de seguridad número mil 482 de esta antigua cámara bancaria acorazada de la sede del Instituto Cervantes de Madrid que guarda su legado.
Sobre la carta cerrado, sólo reveló Edwards (Santiago de Chile, 1931) que la recibió a los 35 años y que era de una mujer que entonces tenía 38.
"Una carta que seguirá siendo indiscreta en 2035", cuando sea abierta, aseguró.
El contenido de la otra misiva fue enviada por el ensayista y editor cubano José Rodríguez Feo a Edwards en marzo de 1971 tras salir de Cuba después de una conversación con Fidel Castro sin poder despedirse de su amigo y que le llegó a Barcelona, a la casa de Mario Vargas Llosa.
"La carta de Pepillo (como firmó la misiva el editor) es muy reveladora ya que decía que algunos temían que llegara la represión cultural, aunque él no creía que pasara nada de eso porque la cultura no le importaba un pepino a nadie", indicó.
Junto a las cartas, el escritor, nacionalizado español en 2010, dejó también en la caja una prueba de imprenta de El Patio, un libro de pequeñas historias reflejo de esa etapa de su vida en la que vivió en un mundo de historias que pasó tras una fase de poesía imitativa, rememoró.
También incluyó un ejemplar de su segunda obra Gente de ciudad, con la que quiso hacer un homenaje a Dublineses de James Joyce, el libro de cuentos que más le ha gustado en toda su vida.
Y otro de Persona non grata: el que discretamente compró su padre cuando se publicó, a pesar de que no simpatizaba mucho con su afición a la literatura.
"Me decía que en todo caso escribiera sobre algo interesante, como la historia de la industria del cobre en Chile", recordó.
El manuscrito que ha legado el autor relata la visita a Madrid del chileno José Antonio de Rojas para comprar diversos aparatos científicos y su regreso desilusionado porque había esperado que le concedieran un título nobiliario en España, tras lo que se dedicó a conspirar a favor de la independencia de su país.
Durante el acto celebrado en el Instituto Cervantes, el director de la institución, Víctor García de la Concha, entregó a Edwards un certificado acreditativo del depósito y una llave simbólica de la caja.
El chileno es la personalidad número 25 que deposita su legado en la Caja de las Letras, un peculiar espacio que atesora desde 2007 diversos retazos de la memoria cultural de España e Hispanoamérica cedidos por sus protagonistas.
Una cámara que guardó en su día "joyas, oro y dinero" pero cuyo valor no tiene comparación al interés histórico de estos legados que son depósitos vivos, señaló De la Concha.
