OPINIÓN

Guadiana

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN REFORMA

3 MIN 30 SEG

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La espléndida morena de exuberantes atributos naturales terminó de vestirse en el consultorio del doctor Avicenez. Le dijo al facultativo: "Lo encuentro muy bien, doctor. ¿Cuándo quiere que sea mi próxima visita?"... El reverendo Rocko le comentó al pastor Amaz: "Nuestra nueva Iglesia ha tenido mucho éxito. Los feligreses están obligados a cumplir solamente cinco de los 10 mandamientos, a escoger"... La linda Susiflor le contó a su amiga Rosibel: "Un viejo rabo verde me propuso ir con él a su departamento. Me dijo que si accedía a su proposición me regalaría un reloj de brillantes". Dijo Rosibel: "A verlo"... Me equivoqué. Me equivoqué de plano. Y créanme mis cuatro lectores: pocas veces me ha dado tanto gusto haberme equivocado. Vaticiné que el candidato de Morena al gobierno de Coahuila sería Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad en el gabinete de AMLO. Mi augurio no carecía de fundamento. El dedo presidencial había señalado a Berdeja como el favorito presidencial, y éste había iniciado una ilegal campaña para darse a conocer en el estado, del cual se ausentó por dos décadas y que ahora visitaba asiduamente con descuido de su cargo y con enorme gasto que hacía pensar en un decidido apoyo económico del centro. Por otra parte, algunos funcionarios estatales renunciaron a sus cargos para irse a la cargada con Berdeja, y numerosos morenistas le mostraron apoyo. Aquéllos se quedaron colgados de la brocha -les espera un oscuro porvenir, por desleales-, y éstos tendrán que acercarse con el rabo entre las piernas al candidato que el partido designó. La verdad es que no era yo el único que daba por segura la candidatura del subsecretario. Puedo decir que la gran mayoría de los coahuilenses tenían la misma certidumbre, incluso los más cercanos a la actividad política. Por eso no dejó de ser sorpresiva la designación del senador Armando Guadiana Tijerina como virtual candidato morenista. Merece reconocimiento el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, por haber dado oídos a la voz de los coahuilenses, quienes en repetidas encuestas pusieron a Guadiana muy por encima de Berdeja, pues les resultaba prácticamente desconocido por su larga ausencia del estado. Si el que alguna vez se declaró guerrerense hubiese obtenido la candidatura, eso habría constituido una burda imposición del poder central sobre la voluntad de los morenistas de Coahuila y sobre los mismos coahuilenses. Igual reconocimiento merece el propio AMLO, por no aferrarse a una preferencia personal y respetar la decisión de su partido. Hoy puedo decir que la designación de Guadiana fue recibida con beneplácito no sólo por sus copartidarios, sino por la ciudadanía de Coahuila en general. La contienda será ahora entre dos coahuilenses, ambos conocidos y apreciados, y será además una lucha limpia y de altura. Quedan disipados, pues, los justificados temores que la presencia de Berdeja en el proceso preelectoral había suscitado. Podrá ahora el ex diputado por Guerrero volver al cumplimiento de sus funciones, de las cuales lo había apartado una aspiración que, por fortuna para los coahuilenses, no se realizó. Con la designación del senador Guadiana como su virtual candidato. Morena muestra que puede hacer bien las cosas, y AMLO da una prueba de respeto a la ciudadanía por encima de su personal predilección. Que sea enhorabuena, y que nada venga después a enturbiar una determinación que ha sido recibida con agrado por los coahuilenses, morenistas y no... En el centro comercial, Pepito lloraba desconsoladamente. Acudió un guardia y le preguntó: "¿Qué te sucede, niño? ¿Por qué lloras así?". Respondió el pequeño entre sus lágrimas: "No encuentro a mi papi". "No llores más -lo tranquilizó el guardia-. Verás que pronto lo encontraremos. Dime cómo es tu papá". Contestó Pepito: "Le gustan el tequila, la cerveza y las muchachas con bubis y pompis grandes"... FIN.