Cierro los ojos y todavía estamos sentados en aquella redacción con el ventanal abierto y el viento que soplaba desde el Ajusco golpeándonos sobre la cara. Aquella noche, habría tormenta.<BR><BR>Eran tardes de café, de cigarros, de pláticas, de risas y de mucha pasión, sobre todo pasión. Éramos...