¡¡¡Fuera Gatell!!!
Guadalupe Loaeza EN REFORMA
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No pertenezco al "ballet folklórico de la derecha", sin embargo, las recientes declaraciones del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, me pusieron a bailar el Jarabe Tapatío, pero no nada más a mí, sino a miles de mexicanos que vimos la entrevista que le hicieran los moneros de El Chamuco, en el canal 22, al doctor en cuestión. No lo podía creer, subí dos veces el volumen de mi televisor, seguía sin creerlo; como el encuentro era entre moneros, incluyendo a López-Gatell, pensé que se trataba de una sátira, del teatro del absurdo. La actitud de los caricaturistas era de risa, más bien de carcajada; se bebían sumisamente las palabras del entrevistado: "claro que sí...", asentían con absoluta veneración como si los dichos del invitado los hubiera proferido un Premio Nobel de Medicina. Todo era tan ridículo, tan falto de seriedad, pero sobre todo, escuchar a Gatell resultaba indignante y vergonzoso.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores