OPINIÓN

Fuego Nuevo

Félix Fernández EN REFORMA

MIN SEG

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Cada 52 años, nuestros antepasados celebraban el Fuego Nuevo de Tenochtitlán. No era más que un ritual que representaba el cierre de un ciclo, en el que podían terminar tanto la vida como el mundo. Para asegurar que no se diera esto, se prendía una gran hoguera en el Cerro de la Estrella (Iztapalapa, Ciudad de México) y el ritual era acompañado de cantos y danzas, ya que también significaba el inicio de un nuevo ciclo de 52 años.