Una vez más la indignación inunda los medios, redes sociales y pronunciamientos de servidores públicos, ante la confirmación del hallazgo del cuerpo sin vida de Fátima, una niña de 7 años, encontrado con evidencias de abuso sexual y tortura, después de 5 días de haber desaparecido fuera de su escuela en la Ciudad de México. Autoridades presentan videos y ofrecen una recompensa para quien aporte información para dar con los responsables del asesinato. Como siempre, parece una reacción tardía ante la brutalidad del hecho, y cabe preguntarnos si se hizo lo suficiente para no conformarnos ahora con condenar el atroz feminicidio.