La administración Trump avisó a los inversionistas norteamericanos que hacen negocios en otros países que no piensa perseguirlos si sobornan funcionarios. La corrupción internacional recibe la bendición. Trump anunció que se dejaría sin efecto la ley de prácticas corruptas en el extranjero porque el mundo se reía de Estados Unidos con la persecución del soborno. No pretende modificar una ley vigente hace cerca de cincuenta años, pero instruye a los suyos a ignorarla. Sepan los corruptos que tendrán el respaldo de la administración cuando hacen negocios fuera de las fronteras y se ven obligados a gratificar a los gobiernos locales. Eso de andar respetando las prácticas internacionales en materia de transparencia pone a nuestros inversionistas en desventaja.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.