Según un estudio del Fondo Monetario Internacional, las expectativas sobre la inflación futura desempeñan un papel crucial en el impulso de la inflación, al influir en las decisiones de consumo e inversión que pueden afectar los precios y los salarios en el presente. Por lo tanto, la política monetaria juega un papel importante en la influencia de estas expectativas para lograr un mejor control del crecimiento de los precios.