Recientemente el sector industrial ha reconocido que enfrenta un problema importante de imagen y percepción social. En el caso de las políticas de prevención de obesidad, quienes investigamos el tema podemos confirmarlo. En el 2010, impulsaron el etiquetado GDA actualmente presente en los empaques, y sin haber hecho una consulta entre los sectores sociales y desconociendo evidencia científica aportada por el Instituto Nacional de Salud Pública que advertía, aun antes de su implementación, que no sería comprensible por la población. Estudios posteriores con representatividad nacional confirmaron que 87% de la población no entendía el sistema que, la industria alimentaria aseguraba, impactaría en mejorar la nutrición del país. El daño de no haber avanzado en un etiquetado claro hace una década tiene consecuencias que se reflejan en la epidemia que vivimos actualmente.