Vituperar e insultar a las calificadoras internacionales por haberle bajado la calificación a la deuda de PEMEX no ayudará a que le mejoren la nota. Equivale a insultar al viento porque sopla o al Sol porque brilla: la única forma de que le suban la calificación crediticia a PEMEX es mejorando su rendimiento y dándole brillo a su balance financiero.