OPINIÓN

AMLO llevó hasta sus últimas consecuencias la lógica militarista de su adversario histórico

Es la justicia

Jorge Volpi EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Seis años atrás, AMLO realizó un correcto diagnóstico del país: además del combate contra la corrupción y la desigualdad -sus principales banderas-, él y su equipo prometieron una nueva estrategia para enfrentar la violencia y una reforma integral de la justicia. En México -lo sabían desde entonces- el noventa y nueve por ciento de los delitos quedaba impune, los poderosos siempre se salían con la suya y los más pobres, esa parte de la población en el centro de su agenda, eran quienes terminaban desamparados o en la cárcel. Frente al cúmulo de asesinatos y desapariciones provocadas por la guerra contra el narco -obra de su archienemigo Felipe Calderón-, la única salida era poner en marcha mecanismos de justicia transicional que ayudasen a recomponer el tejido social, recuperar la memoria, garantizar la no repetición y resarcir a las víctimas. Asimismo, puso sobre la mesa la posibilidad de una amplia legalización de las drogas, el único camino para acabar con la lógica perversa que impulsa el crimen.