CULTURA

Érase una vez un pianista...

Erika P. Bucio

Cd. de México (19 junio 2014) .-00:00 hrs

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Es un maestro que nunca aprendió a decir no.

Gabriel Sierra Fincke es el inventor del primer método de enseñanza básica del piano para niños y personas con discapacidad.

Lo llamaron a trabajar a una guardería en Lomas de Chapultepec que recibía niños desde 45 días de nacidos. Allí se encontró por primera vez con Daniela Fernanda, una bebé con autismo. Nunca había atendido alumnos con discapacidad, pero aceptó el reto.

De ese encuentro han pasado casi 15 años. En el canal de YouTube de Sierra Fincke aparece Dani Fer Juárez tocando una canción de los Beatles al piano. Y ahora, la niña forma parte de un ensamble.

Sierra Fincke, graduado del Conservatorio Nacional y con más de 30 años de maestro, imparte en la Escuela de Iniciación Artística no. 4 del INBA el Taller de Sensibilización y Piano para Personas con Discapacidad.

A esa escuela en Plaza de la República 31 llegó un niño con discapacidad. Sierra Fincke pidió al director que lo aceptara, aunque no hubiera pasado el examen, quizá no aprendería al ritmo de sus compañeros, pero podría ser benéfico.

Después de 2 años, se corrió la voz y se formó un grupo de 10 chicos, y se abrió el taller. Ahora el INBA, dice el músico, tiene la intención de replicarlo no sólo en sus cuatro escuelas de iniciación en el DF sino también en otros colegios asociados del País.

Una pregunta recurrente de los padres es: "¿Cómo le va a ayudar a mi hijo?".

"Igual que me ayudó a mí: a canalizar mis emociones, a que mis hemisferios conectaran y a que mi aprendizaje fuera mejor. Pero ojalá los papás entendieran que la música es para divertirse como cualquiera se divierte", dice en la Academia Amadeus, que fundó y dirige en Lomas de Chapultepec.

Gatito Pelón, protagonista del método de enseñanza, surgió mientras Sierra Fincke preparaba a un niño de menos de tres años para un recital.

Se le ocurrió la frase "Gatito pelón come chicharrón" para enseñarle el "Do-Re-Mi-Fa-Sol". Y funcionó.

Piano juguetón de Gatito pelón, nombre del libro en el que se resume su método, ofrece rutinas de cuatro o cinco ejercicios por sesión, y se propone que el piano sea divertido. Subraya la importancia de vincular al alumno con el maestro.

"El método se debe adaptar al niño y no el niño al método", dice el pianista, quien recoge en este volumen más de tres décadas de enseñanza.

"Quizá el encanto es que no sé decir que no", remata.

El método fue editado por INBA/Conaculta y será presentado mañana a las 11:00 horas en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.